“Ella hoy, también puede brillar en una hermosa mesa”.
Si uno pronuncia su nombre en forma abstracta, al menos a mi, se me representa una princesa, la gente de la realeza siempre tiene una Leonor.
Bueno, pero no es la historia de mi Leonor.
Leonor era mi tía.
Leonor fue de esas personas, que parecía que el destino se encargó de no darle respiro.
Se casó, su marido casi a la brevedad contrajo una enfermedad neurológica degenerativa.
Lo cuidó, enviudó muy joven y llegó a tener un hijo.
Contaba con sus padres, pero solo para ofrecerle un techo, no en lo económico.
Volvió con su niño muy pequeño a vivir con sus padres, ya esto da un indicativo de cuantos proyectos quedarían en el camino.
Ella salió de la casa de sus padres para formar su familia, no para volver con los sueños rotos.
Leonor tuvo que salir a trabajar para poder mantener a su hijo, algo bastante inusual, en las mujeres de la familia, que una vez que se casaban, dejaban de trabajar, si es que lo hacían.
Leonor hizo historia sin quererlo, la primera mujer de la familia con hijos que trabajaba. Ella eligió trabajar para sostener a su hijo, pero no era la vida que había soñado. Ella eligió trabajar para seguir adelante, pero a su vez TUVO QUE HACERLO, no había otro camino.
Consiguió un trabajo digno, pero no placentero, lo hizo hasta el último día de su vida (que no fue larga).
Trabajó en turnos rotativos, siempre, nunca pudo cambiar esta modalidad. Muy duro para una mujer con un niño pequeño. Se perdió mucho de la infancia de ese niño, cosas tan simples y tan importantes como actos escolares, acompañarlo cuando tenía fiebre, de arroparlo en muchas noches.
Leonor en cierta forma, no pudo elegir…lidió con lo que le tocó, incluyendo los problemas económicos constantes.
Y digo lidió porque era habitual verla enojada, a veces malhumorada y muy pocas veces riendo con su risa estridente.
Sin embargo tía, yo veo tus fotos de cuando eras chiquita y aun cuando eras joven con tu niño pequeño, y tenías la sonrisa mas grande que he visto; es evidente “ que hiciste lo que pudiste”.
Hoy brillas, como siempre quisiste hacerlo.